Las últimas investigaciones apuntan que en el código genético puede venir impreso el déficit de atención e hiperactividad. Al menos 70% de estas patologías, pueden ser herencia.
Especialistas detallan que adicciones al alcohol, tabaco o drogas, pueden desencadenar estos padecimientos. Afirman que por lo general, al elaborar las historias, los médicos encuentran patrones de conducta comunes.
Especialistas detallan que entre un 5% y 12% de chic0s que acuden a consultas, son diagnosticados con el trastorno. El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, son definidas como patologías de tipo conductual. Por lo general afecta a chicos en el rango de edades desde los 4 hasta los 12 años.
Expertos detallan que esta enfermedad, se encuentra dividida en tres tipos. Destaca el trastorno del déficit de atención generalizado, la hiperactividad con o sin impulsividad, y este trastorno con ambas patologías combinadas,
Por lo general, el trastorno es tratable, y depende en gran medida del entorno familiar. De modo que es necesario corregir a los chicos, para que al para los años, puedan ser controlados sin dificultad.
Si los padres han consumido sustancias nocivas, el riesgo de tener chicos con esta condición, se incrementa en 30%. Científicos resaltan que la ausencia de Dopamina, les caracteriza. Como es bien sabido, la dopamina en un neurotransmisor que genera placer.
Terapias y entorno familias es fundamental
Quienes padecen este trastorno, poseen deficiencias de noradrenalina, esencial para la concentración. Adicional a ello, puede existir descontrol en niveles de serotonina que son asociados a la impulsividad.
Para lograr una terapia de tipo eficiente, estos pacientes son tratados en diversas áreas. Por lo general en psicológica, psicopedagógica y farmacológica. Así mismo, se involucra a su entorno para que éstos puedan ser herramientas para el aprendizaje y mejoramiento del niño. Sólo de esta forma se brinda la atención integral y se obtienen excelentes resultados en chicos con déficit de atención.