En casi cualquier cocina es posible encontrar, al menos, una cebolla. Es indispensable para todos porque podemos incluirla en casi todas nuestras comidas y, además, resulta ser bastante sana.
Sin embargo, además de estar incluida en nuestras recetas por ser una verdura realmente deliciosa, resulta que, además, es una de las plantas medicinales con más propiedades. Como el ajo, la cebolla, es miembro de la familia de las liliáceas, caracterizadas por tener olores muy fuertes y sabores que realmente destacan.
Y hablando de olores y sabores, podemos afirmar que, más que llorar de alegría o tristeza, las cebollas han provocado más de una lágrima en nosotros. El real responsable de esto es el componente de sulfuro de alilo que se produce cuando las células rotas de la cebolla quedan expuesta al aire.
Te doy un pequeño tip para no llorar: Enfría las cebollas en la heladera por, al menos, treinta minutos antes de cortarla. Si hacés esto, podrás bajar el nivel de actividad de la enzima que produce las lágrimas.
Tradiciones curativas de la cebolla
Por muchos años, la cebolla, fue usada como medicina preventiva en epidemias como el cólera y la peste. Esto surge de las antiguas ideas de que, el emperador romano Nerón, las comía para curar sus resfriados.
Por otro lado, muchos dicen, y será cuestión de un experto en dermatología negarlo, que frotar una cebolla colorada en las ampollas y las verrugas hace que, las mismas, desaparezcan sin dejar rastro.
Incluso, en algunos países de la cultura árabe, se cree que la cebolla mezclada con sal y pimienta es una medicina mágica para la caída del cabello.
Vos decidís ¿Lo creés o no?
Ventajas nutricionales de la cebolla
La cebolla contiene azúcar natural, vitaminas A, B6, C y E. También aporta minerales como el sodio, el potasio, el hierro y la fibra alimentaria.
Otro de sus grandes beneficios para la nutrición es que son una importante fuente de ácido fólico.
Los poderes de la cebolla cruda
Muchos saben que la cebolla tiene un gran valor nutricional, pero ¿Cuánto saben que es mejor comerla cruda que cocinada?
La gran variedad de compuestos organosulfurados, que contiene la cebolla cruda, se destruyen parcialmente cuando entran en contacto con el calor.
Aunque comerla cruda nos aporta azufre, un elemento fundamental para nosotros, a muchos, simplemente no les gusta el sabor. Por lo que una alternativa podría ser hornearla entera, hasta con la cáscara, y pelarla luego. De esta manera el calor no podrá penetrar tanto la verdura.