Los repulgues son el aspecto más característico de las empanadas, que ya de por sí son uno de los platos argentinos más emblemáticos.
A tal punto que, en nuestro país, se celebra cada año el Campeonato Argentino de la Pizza y la Empanada, el cual se estará celebrando estos días 6, 7 y 8 de junio.
Con el paso del tiempo, a su vez, fueron apareciendo nuevos tipos de repulgues, que fueron instalándose en la mente colectiva, asociándose cada uno a un tipo específico de empanada.
Sin embargo, por supuesto que ninguno de ellos es restrictivo, puesto que cualquier empanada puede llevar cualquier tipo de repulgue, siempre que se tomen los recaudos de elaboración necesarios.
Por lo tanto, a continuación repasamos algunos de los repulgues más populares que se pueden encontrar en nuestro país, y veremos qué trucos se esconden detrás de cada uno de ellos.
Repulgues con el tenedor
Estos repulgues son ideales para principiantes, puesto que no requieren de una gran habilidad para darles forma.
Basta con rellenar la empanada -usualmente con jamón y queso, pero, como ya se dijo anteriormente, es aplicable a empanadas de cualquier relleno-, doblarla por la mitad y presionar un tenedor contra sus bordes.
De esta manera, las dos mitades de la tapa quedarán correctamente selladas, y con una textura que, al hornearse, queda tan crocante como cualquier otro repulgue.
Repulgues por encima
El siguiente paso en el nivel de complejidad de los repulgues lo ocupan los que se hacen por encima.
Estos suelen verse mayoritariamente en las empanadas de pollo, y su forma de elaborarlos ya sí que requiere de un poco más de destreza con las manos.
Las tapas se rellenan y se doblan como en cualquier otra empanada, pero esta vez se las deja paradas sobre su base.
Luego, pellizcando suavemente, se va cerrando la tapa, asegurándose de que no queden huecos, y esos repulgues se van pegando entre sí, también con suaves pellizcos.
El efecto, al final, será un intermedio entre el repulgue previamente visto y los repulgues tradicionales, ideal para ir practicando.
Repulgues tradicionales
Cuando pensamos en una empanada, la primera imágen que se le viene a uno a la cabeza es la de este tipo de repulgue.
Suele verse en empanadas de carne, pero cada región cuenta con cientos de rellenos distintos que también emplean este diseño.
Se dice que las empanadas deben tener 13 repulgues, pero acá no vamos a ser tan puristas.
Simplemente vamos a alentar a la gente a que practique sin miedo. sean diez, doce o catorce, no tenemos dudas de que quedarán increíbles.
El arte del repulgue tradicional es complejo y tiene una curva de aprendizaje considerable, pero los resultados, sin duda, valen la pena.
Repulgue especial para quesos
Estos repulgues suelen verse también en las empanadas de humita, y no es casualidad. Está especialmente pensado para que ni el queso ni las sustancias cremosas se escapen del interior de las tapas durante la cocción.
La forma de hacerlo es muy simple: se rellena la tapa, se la dobla a la mitad, se presionan un poco los bordes y se la deja parada sobre su base. Luego, se toman sus dos puntas y se las une por delante.
De esta forma, si durante el horneado la empanada se llega a romper, la ruptura será por la parte de arriba, lo cual hará que el relleno no se esparza por todos lados.
Canastitas
¿Cuenta como un repulgue? Nosotros consideramos que sí. Las canastitas son un primo de las empanadas, que le dan a este típico plato una vuelta de tuerca que, lo crean o no, realmente cambia su sabor.
Se pueden ayudar con un molde para cupcakes o hacerlo con sus propias manos: la clave está en no abusar del relleno para que no se desarme al cocinarla.
Al igual que el resto de empanadas, pueden ir rellenas con lo que quieran, pero nosotros recomendamos probar las de pollo o las de jamón y queso.
¿Conocías todos estos tipos de repulgue? ¿Hay alguno que conozcas y que no hayamos incluído? ¡Compartilo con nosotros en los comentarios!
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