A partir de hoy, el Impuesto PAÍS – Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria, implementado en diciembre de 2019 con una alícuota del 30% sobre la compra de divisas y gastos en el exterior, ha dejado de estar vigente en Argentina.
Esta medida, que buscaba desalentar la demanda de dólares y fortalecer las reservas del Banco Central, ha sido eliminada tras cinco años de aplicación.
Impacto en el Dólar Tarjeta y Consumos en el Exterior
La eliminación del Impuesto PAÍS tiene un efecto directo en el denominado dólar tarjeta, utilizado para calcular los gastos realizados con tarjetas de crédito y débito en el exterior.
Anteriormente, este tipo de cambio incluía el valor del dólar oficial más un 30% correspondiente al Impuesto PAÍS y otro 30% en concepto de percepciones a cuenta de los impuestos a las Ganancias y Bienes Personales, elevando su cotización en un 60% sobre el valor oficial.
Con la supresión del Impuesto PAÍS, el recargo total se reduce al 30% correspondiente a las percepciones mencionadas, lo que implica una disminución significativa en el costo de las transacciones en moneda extranjera.
Por ejemplo, si el dólar oficial se ubica en $1.044,27, el dólar tarjeta pasaría de aproximadamente $1.671,20 a $1.357,55, representando una reducción cercana al 30%.
Esta modificación abarata las compras en el exterior, incluyendo gastos en turismo y suscripciones a plataformas digitales como Amazon y Netflix, que anteriormente estaban gravadas con una carga adicional del 8% del Impuesto PAÍS.
Ahora, estos servicios verán una reducción en sus costos finales, aunque seguirán aplicándose otros impuestos, como el Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 21% y la percepción del 30% a cuenta de Ganancias y Bienes Personales.
Efecto del fin del Impuesto País en los Precios de Bienes Importados
La eliminación del Impuesto PAÍS también impacta en las importaciones, que estaban sujetas a una alícuota del 7,5%.
Con la supresión de este gravamen, se espera una reducción en los costos de bienes e insumos importados, lo que podría traducirse en una baja de precios para productos que dependen de componentes extranjeros.
Sin embargo, este efecto podría no ser lineal ni inmediato, ya que dependerá de la estructura de costos de cada sector y de las estrategias comerciales de las empresas.
En el caso de productos nacionales que incorporan insumos importados, la disminución de costos podría reflejarse en una moderación de los precios, contribuyendo a la desaceleración de la inflación.
No obstante, algunos empresarios podrían optar por mantener los precios para recuperar márgenes de rentabilidad afectados por la inflación y la caída de ventas en períodos anteriores.
Implicaciones para la Recaudación Fiscal
La eliminación del Impuesto PAÍS implica una reducción en los ingresos fiscales del Estado, que deberá compensarse con otras fuentes de recaudación o mediante ajustes en el gasto público.
Este impuesto había sido una herramienta significativa para la obtención de recursos fiscales durante su vigencia, y su supresión representa un desafío para el equilibrio de las cuentas públicas.
Consideraciones para los Consumidores
Para los consumidores, la eliminación del Impuesto PAÍS ofrece oportunidades de ahorro en compras y gastos en el exterior.
Sin embargo, es importante considerar que aún se mantienen otros gravámenes, como las percepciones a cuenta de Ganancias y Bienes Personales, que representan un 30% adicional sobre el valor del dólar oficial.
Además, en el caso de servicios digitales, se aplican impuestos como el IVA y, en algunos casos, Ingresos Brutos, que pueden variar según la jurisdicción.
Es recomendable que los consumidores se informen sobre la estructura impositiva vigente para cada tipo de operación y consideren estos factores al planificar sus gastos, especialmente en el contexto de compras en el exterior o suscripciones a servicios internacionales.
Perspectivas Económicas
La eliminación del Impuesto PAÍS se enmarca en una serie de medidas orientadas a liberalizar el mercado cambiario y fomentar la competitividad de la economía argentina.
Si bien esta decisión puede aliviar la carga impositiva sobre los consumidores y las empresas, también plantea desafíos en términos de control de la demanda de divisas y mantenimiento de la estabilidad macroeconómica.
Será fundamental monitorear cómo evoluciona la demanda de dólares para turismo y compras en el exterior, así como el comportamiento de los precios de bienes importados y su impacto en la inflación.
La coordinación de políticas fiscales y monetarias será clave para asegurar que los objetivos de crecimiento económico y estabilidad de precios se alcancen de manera sostenible.