Protagonizada por el gran Leonardo DiCaprio y la ganadora del Oscar Jennifer Lawrence, Don’t look up se estrenó el último día del año 2021 (31 de diciembre) en Netflix y no ha dejado desde entonces de generar muchas y encontradas opiniones.
En esta ocasión, DiCaprio y Lawrence son dos astrónomos que luchan en vano por convencer al mundo de una catástrofe inminente: un cometa gigante que se precipita hacia la Tierra y va a destruirla.
Pero, para decirlo rápidamente, la inoperancia de los más poderosos y los intentos fallidos de ser tomados en serio, entre los vaivenes del show de los medios de comunicación, acaban por desesperara los dos protagonistas.
El mensaje implícito en Don’t look up
El film de un poco más de dos horas de Adam McKay, que también cuenta con afamados intérpretes como Meryl Streep, Jonah Hill, Cate Blanchett y Timotheé Chalamet, muestra en clave de sátira como, pese a que en tan solo seis meses todos moriremos, a nadie parece importarle la destrucción del mundo.
La comedia, el drama y la sátira, junto a comprometidas referencias a la sociedad actual, como las noticias falsas, las teorías conspirativas y los esfuerzos poco éticos de los políticos por acumular poder, se combinan en esta metáfora fílmica y, para muchos, no tan exagerada de la realidad.
La denuncia de McKay no es otra que la subestimación del mundo ante la crisis climática. Él mismo lo ha afirmado en su cuenta de twitter, sumándose a la acalorada discusión que el estreno de su película generó en las redes sociales.
Tal es así que nos presenta una presidenta (Meryl Streep), para muchos un claro guiño a Donald Trump, que minimiza el pronóstico y prioriza otros asuntos convenientes a su carrera política y a su amigo empresario (Mark Rylance), un gran exponente de las Big Tech, comparado con Elon Musk o Jeff Bezos, que decidirá, como no puede ser de otro modo, el destino de todos.
Por su parte, Cate Blanchett y Tyler Perry son los hipócritas presentadores del programa de televisión en que DiCaprio y Lawrence intentan contar su verdad. Pero estos oyen sin escuchar y prefieren dar lugar a los desencuentros amorosos de una pareja famosa.
La ironía y el sarcasmo inundan el film. Los medios de comunicación, el algoritmo, la derecha, el anticientificismo, la sociedad contemporánea y absolutamente todo caen bajo el pincel de sátira con la que McKay pinta su película.
En todo momento, la actualidad recorre la cinta. Conforme los personajes comienzan a perder la paciencia y enloquecer por el terrible pronóstico y la indiferencia generalizada, lasredes sociales hacen su inmediata entrada. Lawrence se convierte, entonces, en “la científica loca que dice que todos vamos a morir” y DiCaprio en “el astrónomo más sexy del mundo”.
Don’t look up, ¿un film moralista?
Don’t look up se presenta como la puesta en escena de una posible respuesta humana al fin del mundo. Respuesta cargada no solo con el desmoronamiento general sino también con los desmoronamientos personales. Detalles como estos hacen del film tanto una comedia satírica como también un crudo recuento de la vida misma.
En este sentido, la versión del fin del mundo de McKay es fundamentalmente y sobre todo moral. Y como tal, por supuesto, no puede despertar otra cosa que el estallido generalizado de comentarios encontrados.
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