La víctima sospecha que el ladrón actuó en complicidad con su ex pareja, quien lo entretuvo lo suficiente para que ejecuten el robo en su vivienda
La sospecha del damnificado surge debido a que la mujer, por lo general, siempre le pide que vaya a buscarla en su vehículo, sin embargo, el día del hecho, lo convenció de que fuera a pie hasta donde ella se encontraba, tras lo cual caminaron por una hora y media, para luego despedirlo.
Conocé los detalles
Al regresar a su casa, el hombre, identificado por la policía como Marcos Escribas, indicó que el 14 de abril pasado, cuando se hallaba en su taller mecánico, recibió un llamado de una mujer, con la que mantuvo una relación amorosa hace diez años.
Escribas, según lo informado por la policía reveló que se mostró sorprendido por el llamado de la mujer, quien tiene 36 años y reside en la zona de Villa San Antonio. La misma, en tanto, le contó que estaba aburrida, ya que debía cuidar de un familiar en una clínica de calle Belgrano y 25 de Mayo.
En tal sentido, le pidió que se encontraran en la esquina de Belgrano y Sarmiento, así le hacía compañía y comían helados juntos. El mecánico, quien posee su taller en calle 10 de Octubre, a pocas cuadras del lugar en que fue citado, se dispuso a ir al lugar en su automóvil.
La mujer, en cambio, le pidió que fuera pie, ya que quería caminar un rato, por lo que Escribas se mostró sorprendido, pues cada vez que lo llamaba siempre le pedía que fuera en su vehículo así daban vueltas por el centro.
Esta vez, en tanto, le cumplió sus deseos y fue a pie al lugar de la cita, donde la mujer lo esperó y la mantuvo entretenido por una hora y media, para luego despedirlo y regresar a la clínica, mientras Escribas se dirigió a su vivienda.
Al llegar, el hombre no se percató de nada hasta que ingresó a su habitación, donde recién notó la ausencia de una caja de caudales metálica, la que en su interior guardaba una suma de más de 100 mil pesos, siendo lo único robado.
Al radicar la denuncia del caso, el mecánico señaló sus sospechas sobre su novia, tanto porque esa noche le pidió ir caminando a su encuentro, como por el hecho de que la misma estaba al tanto de la suma de dinero que poseía en dicha caja.