Los días en China para Carlos Tevez parecen llegar a su final antes de lo esperado. Más allá de las sonrisas que mostró después de firmar con el Shanghai Shenhua, hoy su situación es crítica. No desde lo económico, ya que sigue cobrando en regla el suculento contrato que arregló, pero sí en lo deportivo.
Durante los últimos diez días se supo que las cosas no iban bien. Tras la salida del uruguayo Gustavo Poyet del banco, Wu Jingui se hizo cargo del equipo y comenzó una pesadilla para el Apache. De arranque, el nuevo entrenador declaró que lo veía excedido de peso y que, así, no iba a poder jugar en su equipo.
Unos días después, Wu Xiaohui, el presidente del club, aseguró que “Tevez no cumplió con las expectativas. Nuestra intención era traer a un jugador estrella, influyente y de alta calidad y todos pensamos que él podría encajar, pero no fue así, nos equivocamos”.
El jugador contestó con otras declaraciones polémicas en las que señaló que en «China el fútbol es diferente, están a años luz de otros países y creo que recién dentro de 50 años van a poder competir con Europa».
El entrenador del Shanghai Shenhua le explicó que no tenía lugar en el primer equipo y que, para no perder ritmo, quería que jugara en la reserva. Pero Tevez se enojó y no aceptó la convocatoria. El final de Tevez en China se acerca cada día más.
Sin embargo, este lunes el club desmintió esta información en un comunicado: «Nunca le dijeron a Tevez que no iba a ser tenido en cuenta. El rumor que indica que el club le pidió jugar en reserva y él se negó es falso. Por lo contrario, el entrenador Wu Jingui y el presidente Mao Yijun se mostraron muy preocupados por él».