La Península Valdés es un gran área natural protegida en la provincia de Chubut, Argentina. Por su invaluable riqueza biológica y la diversidad de sus ecosistemas es considerada, incluso, como Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO desde el año 1999.
Recorrer esta especial región es una de las experiencias más especiales que ofrece la patagonia argentina. Hacia donde miremos, somos testigos de verdaderos espectáculos de la naturaleza.
Ahora bien, por ser una área protegida, la Península Valdés se encuentra sujeta a importantes protocolos de seguridad ambiental. De modo de garantizar la conservación de los ecosistemas y no perturbar el desarrollo de la fauna y la flora autóctona de la región.
Si estás planeando visitar este especial destino, no olvides tener presente estas 3 importantes medidas de protección ambiental:
1) Ser visitantes responsables
Un área natural protegida es un espacio de enorme riqueza natural. Aquí convive y se desarrolla una gran diversidad de fauna y flora autóctona, formando complejos ecosistemas. Esto es lo primero que debemos saber si vamos a visitar una región como la Península Valdés.
Comprender qué implica su identificación cómo área natural protegida y los protocolos de seguridad ambiental que de ello se desprenden. De esta forma, no solo actuamos como visitantes responsables, también contribuimos a su conservación y al desarrollo de los procesos naturales y evolutivos de la región.
2) No descuidar hábitos básicos de educación ambiental
Cuando visitamos un área natural protegida debemos respetar los lugares habilitados para el tránsito de personas. Lo mismo si deseamos detenernos o permanecer en el lugar. Península Valdés cuenta con un pequeño centro urbano, Puerto Pirámides, donde los turistas podrán encontrar todo lo que necesitan durante su estancia en la región.
Durante los avistajes, excursiones y recorridos es importante, asimismo, no acudir con elementos, ropas o calzados que puedan perturbar las condiciones ambientales. También resulta fundamental mantener lo más bajo posible el nivel de ruido para preservar a la fauna autóctona de estímulos extraños y respetar en todo momento las recomendaciones previamente establecidas para cada actividad.
3) Generar el mínimo impacto ambiental posible
Cuando nos adentramos en un área natural protegida es fundamental producir el mínimo impacto posible para evitar perturbar el hábitat natural y el comportamiento de la fauna que allí se desarrolla. Cualquier acción que pueda dañar los ambientes nativos debe ser evitada, por ejemplo cortar y llevar muestras de una especie vegetal autóctona, alimentar a los ejemplares presentes o dejar residuos.
En la Península Valdés uno de los atractivos turísticos más importantes es el avistaje de Ballenas Franca Austral. En este caso, solo centros de avistaje autorizados como Punta Ballena pueden brindar el servicio de salidas de avistaje. Las excursiones, además, se realizan en embarcaciones especializadas y con un guía ballenero experto, contemplando los protocolos de seguridad ambiental y las técnicas operativas que garanticen un avistaje seguro para los mamíferos y, asimismo, para los pasajeros.
Visitar Península Valdés
Puerto Pirámides es el punto ideal desde el cual recorrer la región, acceder a toda clase de actividades recreativas, descansar y disfrutar de las vistas más especiales. ¡Comenzá a planificar tu próxima aventura en la naturaleza ¡Puerto Pirámides te espera!