Ya sabemos, por notas anteriores, que hablar en público implica mucho más que pararse frente a una audiencia. Cuando los oyentes se mueven a escuchar una determinada ponencia esperan encontrar un ponente con habilidades para comunicar un mensaje, y no, que sea un individuo que solo se esconda leyendo un discurso utilizando medios audiovisuales como sustento. Mayormente esto lo hacen aquellos en los que el miedo les es un obstáculo para hablar en público.
El oyente está en búsqueda de una experiencia que les deje enseñanza, así como entretenimiento, de allí lo importante que es impactar desde el inicio, crear un vínculo de confianza y empatía.
Cuando existe la pasión por el arte de la oratoria, es esencial aprender habilidades de otros grandes ponentes, así que obsérvalos y detalla cada paso de su exposición. Estos elementos te servirán para realizar presentaciones que influyan, inspiren e impacten significativamente al público.
Bien es conocido que los grandes oradores no son seres perfectos, de hecho, tienen debilidades, sin embargo, hay un elemento que los hace buenos profesionales y es su persistencia en desarrollar algunas cualidades precisas para destacarlas y utilizarlas positivamente en cualquier ponencia.
Así que no se debe decaer, ni tampoco desanimar, y si realmente se desea ser orador con grandes cualidades lo esencial es instruirse en el tema, este paso es de gran ayuda. Además, si adquieres las siguientes actitudes podrás sacar partido de tus ventajas comunicativas y de esta manera lograr los objetivos propuestos, dejando también atrás el miedo de hablar en público.
El origen del miedo lo encontramos en la ausencia de confianza y seguridad, en las experiencias y creencias limitantes adquirida a lo largo de la vida e incluso en la escasa preparación. El desconocimiento de como funcionan nuestras emociones es fatal.
El estilo Hace La Diferencia
Una vez realizado el ejercicio del autoconocimiento e identificado los rasgos positivos de tu personalidad, puedes utilizarlos para diferenciarte de otros ponentes. Con esas características particulares tendrás la oportunidad de construir un estilo propio, que será tu sello ante el público y hará que te reconozcan ante otros oradores.
Pero, cuidado con querer ser lo que no eres, trata de no imitar. Lo que importa es ser auténtico, esta característica es muy valorada por los oyentes, ya que buscan esa intimidad, esa cercanía con los ponentes.
Asimismo, el gran enemigo del orador es una sensación de temor que puede hasta nublar la mente. Para minimizar esa sensación elabora un discurso cuyo tema te apasione. La pasión es una de las emociones más intensas que podemos sentir en nuestras vidas, ella constituye el alma de nuestro propio éxito.
Destaca El Verdadero Potencial Interior
La pasión se siente cuando nos dedicamos a lo que realmente amamos y consideramos más importante. Es el gran detalle que el ponente debe transmitir al momento de hablar en público para inspirar a los demás y brindarles un mensaje especial a los asistentes.
Desde esa perspectiva, el oyente podrá ver lo comprometido que está el ponente, con que ánimo realiza su trabajo y cómo proyecta su emoción y gusto por lo que está haciendo. Si no existiera esa pasión, la presentación carecería de vitalidad, de energía y vendría la monotonía el aburrimiento, la desilusión por parte del auditorio, y terminaría la presentación en fracaso.
La vida con pasión evidencia el verdadero potencial interior, y esa forma de vivir te permitirá desarrollar capacidades para inventar o crear. Al desplegar el poder de la inventiva se acrecienta la creatividad, permitiendo la creación de nuevas ideas que implican el manejo más seguro de la exposición.
Un orador necesita crear presentaciones y discursos de forma clara, interesante y novedosa, y para hablar en público como los grandes ponentes es indispensable ser inventivo.
Asimismo, el pensamiento creativo sirve para reforzar la autoestima y la seguridad, elementos indispensables para crear una conexión eficaz con el público.
Dicha conexión con el auditorio le permitirá al orador tener una sensación de compañía sin importar la distancia entre las personas, lo que disminuye el temor al dirigirse a sus oyentes. Esta conexión o empatía es la capacidad de percibir, compartir y hasta inferir los sentimientos; pensamientos y emociones de los demás. Esto trata, nada más y nada menos, que de entender cuáles son los puntos en los que se pueden crear vínculos con la audiencia.
El Arte De Hablar Requiere Compromiso
A menudo el orador puede sentir miedo al ridículo o a fallar, si sabes que puedes cometer errores como cualquier otra persona, lo ideal sería adelantarse a ello y tener posibles soluciones para enfrentarlos.
Cada presentación es un nuevo episodio en tu vida y por eso no puede ni debe ser perfecta, lo importante es hacer el mejor trabajo posible, comprometiéndose. Sabe que críticas siempre habrá y no dudes que las propias suelen ser las más severas.
La seguridad en sí mismo y la autoconfianza son las herramientas que se anhelan para esculpir una personalidad exitosa, pero no te creas superior a los demás. Se trata de comprender que somos personas capaces.
El conocer con certeza las habilidades, capacidades y talentos, para luego aprovecharlos efectivamente; puede generar profundo impacto, tanto en el mismo individuo como en las demás personas.
Uno de los miedos que puede padecer un orador es olvidar su discurso, equivocarse, o comunicar un mensaje erróneo, pero si estás completamente comprometido con lo que haces esa sensación disminuye.
Controla La Mente
El hecho de persuadir e influir en el auditorio requiere un compromiso con ellos porque al sentirte seguro del esfuerzo que le imprimiste a tu trabajo te hace responsable sobre lo que estás haciendo. Al comprometernos ponemos al máximo nuestras capacidades para sacar adelante la tarea encomendada; tomando en consideración que estará dirigido a tus oyentes y estos merecen respeto por tu parte y una excelente presentación.
Otro elemento que conjuntamente con el compromiso te podrá minimizar el temor es el de tener control de tu mente y tu respiración, no es fácil, pero se logra. No es una exageración decir que el miedo a hablar en público y el nerviosismo son sensaciones naturales antes de salir ante tu audiencia.
Por ello, es importante cambiar la forma de pensar, centrarse en la calma, en el sosiego y en las personas de la sala que disfrutarán de tu presentación; de esta manera tu experiencia ante un auditorio estará llenas de satisfacciones y logros.
En Delossantos Oratoria podrás utilizar estas y las últimas técnicas prácticas para lograr que el miedo no sea un obstáculo a la hora de hablar en público.