Si pensabas que preparar una focaccia casera era demasiado difícil, entonces tenés que saber que estabas equivocado. En esta nota vamos a tratar de derribar el mito y presentar una receta accesible y deliciosa, con la que podrás agasajar a tus amigos y familiares o, por qué no, a vos mismo.
Si probaste alguna vez esta popular receta italiana, entonces ya sabés que se trata de un tipo especial de pan, tierno y crujiente a la vez, aromático y de miga suave. Su preparación tan solo requiere de un par de manos pacientes y de la bandeja adecuada, para que esta húmeda masa tenga la posibilidad de expandirse por sí misma.
Preparar focaccia en casa
Si estás buscando una opción diferente que sumar a tus picadas con amigos, preparar sándwiches deliciosos o reinventar un plato principal, entonces esta receta es la que estás necesitando. La focaccia es la compañía perfecta en toda ocasión.
Es quizás una de las grandes alternativas del pan y puede prepararse incluyendo aromatizantes e ingredientes de lo más variados. Por esto mismo, se adapta a todos los gustos, pudiendo ser una opción salada como, también, agridulce. En el último tiempo, incluso, ha cobrado popularidad la focaccia rellena como plato principal.
El ingrediente estrella es el aceite de oliva. Es aconsejable contar con una botella de calidad extra virgen y no escatimar su uso durante la preparación. Con ello, gran parte del éxito de nuestra receta está asegurado.
Aunque similar a la de la pizza, la masa de la focaccia es más aireada. Esta es probablemente su característica más marcada. En el horneado, se incluye aceite de oliva, sal gruesa y hierbas. Además, pueden incorporarse otros ingredientes a gusto, como tomates o aceitunas. Se trata, claro está, de una receta claramente mediterránea.
Ingredientes
-400 gr de harina 000
-30 gr de levadura de cerveza
-250 ml de agua tibia
-1 cdita de sal
-1 cdita de azúcar
-Aceite de oliva
-Sal gruesa
-Opcionales como romero, orégano, aceitunas, hebras de queso, tomate, cebolla, etc.
El paso a paso
Para preparar la focaccia debemos comenzar disolviendo la levadura en el agua con el azúcar. Mientras, mezclamos en otro recipiente la harina y la sal. Luego incorporamos la levadura a este recipiente, para formar una masa.
La idea es lograr una masa húmeda y pegajosa, ¡no te asustes, no le falta harina! Solo hay que seguir amasando pacientemente, hasta alcanzar una consistencia uniforme. Entonces es momento del leudado, dejá la masa en reposo por una hora aproximadamente. Tendrá que doblar su tamaño.
Mientras, tomá una placa para horno y aceitala bien. Tras el leudado, cubrí tus manos con aceite y estirá la masa sobre la placa. Presioná con los dedos sobre la superficie de la masa, pero sin llegar a atravesar la misma. Poco a poco, continuará expandiéndose.
Una vez que hemos distribuido nuestra focaccia en la placa para horno, es momento de esparcir los sabores. Incorporá en forma de lluvia la sal gruesa y las hierbas, también podés agregar rodajas de tomate fresco y aceitunas, quesos, albahaca o lo que tengas a mano.
Antes de llevar al horno, es necesario dejar leudar la preparación un rato más. Luego, cocinamos en un horno precalentado a 250° por unos 10 minutos. La retiramos por un momento, pincelamos la superficie con una mezcla de aceite de oliva y agua y horneamos por unos 5 minutos más.
Hecho todo esto, ¡solo queda disfrutar!
Seguí aprendiendo otras recetas fáciles y deliciosas: Ñoquis: variedades para probar los días 29.