Stephen Paddock, el responsable de la masacre en Las Vegas Nevada en la que fallecieron 59 personas y aproximadamente 600 resultaron heridas en la balacera, no poseía antecedentes penales, pero es hijo de Benjamin Hoskins Paddock, quien fue uno de los más buscados por el FBI.
El padre de Paddock era requerido por la justicia tras fugarse de un centro carcelario en Texas donde debía cumplir una condena de 20 años, por cometer múltiples robos en entidades bancarias en los años 60.
Como se recordará, este fin de semana mientras se celebrara un Festival de música Country en The Trip, Paddock, quien se hospedaba en una habitación en el piso 32 del hotel Mandalay Bay, abrió fuego contra las personas que allí disfrutaban, autoridades policiales llegaron al lugar y justo al frente de los efectivos, se quitó la vida.
En el lugar del ataque, agentes policiales hallaron un arsenal de armas semiautomáticas y automáticas con sus respectivos cartuchos, destaca un rifle AK-47 y un dispositivo que puede convertir las armas semiautomáticas en automáticas, también en su residencia se encontró armamento.
Extremistas del grupo Isis se adjudicaron este ataque, alegando que el victimario se había convertido recientemente al Islam, lo que aún no ha sido certificado por las autoridades.
Entre los detalles del ataque destaca que Paddock disparó desde unos 400 metros de distancia a unas 22 mil personas que disfrutaban en el evento, contaba con 23 armas con las cuales podía disparar durante 10 minutos.
Según investigaciones preliminares, padre e hijo no solo tenían en común la afición por el juego, les apasionaban las armas que junto a sus rasgos piscopáticos y sus tendencias suicidas ya se consideraban un riesgo para la sociedad, lo que quedó demostrado tras el brutal ataque.