El tarifazo y los aumentos complican el día a día de los trabajadores, hay quita de pensiones y subsidios y a eso ahora se suma una deuda «a cien años» que probablemente agrave aún más el panorama. Es probable que el gobierno actual no sea responsable de total de las dificultades económicas que tenemos actualmente y algo de la «pesada herencia» haya dificultado el comienzo, pero todavía no se ven soluciones.
No conforme con la ardua tarea de adaptarse a la situación del país para aquellos que tienen trabajo y se ven perjudicados con los aumentos de precios, se perdieron una gran cantidad de puestos de trabajo (se estiman 168000) con un antecedente muy reciente como es el de la planta de Pepsi Co. en Florida que está dejando un saldo de 500 familias sin su ingreso debido a que la empresa muda sus instalaciones a Mar del Plata sin tener en consideración a sus empleados.
Ante este escenario, aquellos recortes en tarifas sociales o planes que reducían el valor de productos y servicios dejan de tener reflejo en la vida cotidiana (salud y educación pública, empleo, etc) de una sociedad que espera que esta dura etapa no sea más que de transición y en el menor plazo posible nuestro país salga a flote y se pueda acceder a todos los derechos y beneficios que le corresponden.
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